Luis Adolfo Galván, defensor en la Selección Argentina en el mundial del año 1978, campeón del mundo, estuvo en su tierra natal y visitó al intendente de la Ciudad, Dr. Víctor Araujo.

El encuentro entre el gloria de la selección nacional y el jefe comunal, se produjo en el despacho municipal acompañados por la esposa de Galván y el Asesor de Deportes Jorge “Cholo” Woitquivich.

El intendente estuvo más de una hora con el defensor campeón del mundo, compartiendo anécdotas y escuchando el relato en primera persona de aquellos años dorados de la Selección Nacional.

Luis Adolfo Galván fue un defensor argentino que jugó en la Selección Nacional en el Mundial de 1978 y fue pieza clave del equipo.

Perfil

Nació en Fernández, Santiago del Estero, el 24 de febrero de 1948. Jugó como marcador central y fue un tiempista que salía jugando desde el fondo.

En la Selección

Fue titular en los 34 partidos que jugó y ganó la Copa Mundial de la FIFA en 1978. En la final ante Holanda fue figura y recibió el premio Fair Play a la caballerosidad deportiva.

En Talleres

Jugó en el C. A. Talleres de Córdoba, donde fue capitán y estandarte del equipo. Es el jugador con más partidos en la historia del club, con 502 encuentros.

Otros datos

También jugó en España 1982. Actualmente coordina el fútbol femenino del club Talleres. Tiene dos estatuas en su honor, una en su pueblo natal y otra en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero.

 

Luis Galván terminó el secundario, completó el profesorado y antes de los 20 años andaba de guardapolvo blanco desafiando caminos polvorientos. Todos los días hacía seis kilómetros en bicicleta desde su casa y daba clases en escuelitas rurales. Un aula de primero inferior y otra de tercer grado eran, por entonces, sus curiosas audiencias.

Arrancó su carrera deportiva en el Club Independiente de Fernández, estadio el cual hoy lleva su nombre. También jugó en Unión Santiago y en Talleres de Córdoba.

Diego Maradona y Luis Galván fueron compañeros en un Mundial, pero también se cruzaron en los duelos de Boca y Argentinos contra Talleres.

Aun casi anónimo, Galván tiene dos estatuas. Sí, dos. Una en la cancha de Independiente de Fernández, donde nació futbolísticamente, y otra en el flamante estadio Madre de Ciudades, en Santiago del Estero. Y luce otra marca que no debe tener equivalencia en el planeta: en 1965 Boca hizo una gira por el norte del país. Jugaba Menotti en el Xeneize. En Santiago se armó un combinado, y entre los ‘refuerzos’, Galván, de 17 años. Sí, se enfrentaron. Galván se lo guardó por mucho tiempo, hasta que un día, ya retirado, se lo contó a César y le mostró el recorte de un diario de la época con las formaciones.

Entraron en la historia. El equipo que ganaría la final del 78: Passarella, Bertoni, Olguín, Tarantini, Kempes y Fillol, arriba; Gallego, Ardiles, Luque, Ortiz y Luis Galván, abajo, extraño para una zaguero…, pero la cábala funcionó.

 









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