Desde primeras horas de la mañana, efectivos policiales realizaron arduo trabajo por el crimen ocurrido en la ciudad de La Banda. Un gendarme retirado mató a un presunto ladrón que intentó ingresar a su domicilio en el barrio Misky Mayu.
Según las primeras informaciones, el exfuncionario de la fuerza -de apellido Acosta (57)- efectuó dos disparos que impactaron directamente en la humanidad del presunto delincuente.
El hecho sucedió en un inmueble ubicado cerca del Sector 5. Trascendió que el exfuncionario de la fuerza de 57 años y de apellido Acosta, extrajo un revolver calibre 22 con el que disparó en el pecho al malviviente, que tras recibir el impacto intentó escapar del lugar pero cayó desplomado a los pocos metros, frente a una despensa.
Aparentemente, el fallecido habría intentado ingresar junto a un cómplice -que se dio a la fuga- por el techo de la casa cuando fue sorprendido, alrededor de las 5 de la mañana.
En el lugar trabajó personal de Comisaría 12 junto a División Criminalística, bajo las órdenes del fiscal de la Circunscripción Banda Nicolás Santillán.
Vecinos describieron la zona como “muy peligrosa” y aseguraron que viven atemorizados
La Banda vive horas de conmoción luego de que un exgendarme matara de un disparo a un delincuente que intentó ingresar a su vivienda, en el barrio Misky Mayu, durante la madrugada de este viernes. El hecho, ocurrido cerca del Sector 5, reavivó el temor entre los vecinos, quienes denunciaron que los robos son constantes y que “nadie hace nada”.
En diálogo con Radio Panorama, los residentes describieron la zona como “muy peligrosa” y aseguraron que viven atemorizados. “Andan todas las noches, hay mucha gente adicta. A mí también me robaron. Llaman a la policía y no viene. Esto es tierra de nadie”, relató uno de los habitantes.
Otra vecina fue contundente: “Es una vergüenza, no se puede salir a ningún lado. Vivimos presos en nuestras casas. Te andan en el techo, en todos lados. Esto es de toda la vida, nunca se termina”.
Entre los testimonios, también hubo quienes vincularon la inseguridad con la crisis social. “Con la pobreza que hay, habrá más delincuencia. Es un desastre. Estamos en la parada y te agarran. Uno tiene que tener las cosas debajo de la ropa”, expresó una mujer indignada.
Por su parte, Teresa, otra vecina, aseguró que “en el Misky ya no se puede vivir”. “Salgo con el Jesús en la boca. Llega las 6 de la tarde y pongo candado a todo. A mi hija también le robaron cuando bajaba del colectivo y quedó traumada”, manifestó con angustia.
Mientras tanto, la investigación continúa y las autoridades intentan esclarecer las circunstancias exactas del hecho.
Fuente: Diario Panorama
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