Hoy, 8 de diciembre, la Iglesia católica venera la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Es la fecha en la que se acostumbra a armar el arbolito de Navidad y además es feriado en la Argentina.

María nació un 8 de septiembre y, según la tradición católica, nueve meses antes, un 8 de diciembre, María fue concebida en el seno de su madre Ana libre de pecado y se mantuvo de esta forma hasta el día de su muerte.

Un día para detenerse, celebrar y encender el espíritu de la Navidad.

Por qué fue instaurado el 8 de diciembre como Día de la Inmaculada Concepción
El evento tiene lugar en esa fecha a partir de un cálculo matemático. Como los católicos festejan el nacimiento de la Virgen el 8 de septiembre, restan nueve meses a esa fecha para deducir en qué momento fue concebida. Por ende, el resultado es el 8 de diciembre.

En Argentina, este día es feriado inamovible y no laborable y, como en varios países, se tiene la tradición de armar el árbol de navidad. En Catamarca, más específicamente, entre el 29 de noviembre y el 8 de diciembre, se realiza la Fiesta de la Virgen del Valle, que involucra una peregrinación hasta la ciudad.

Día de la Virgen: oración para la Inmaculada Concepción

Una vez más estamos aquí para rendirte homenaje
a los pies de esta columna,
desde la cual tú velas con amor
sobre Roma y sobre el mundo entero,
desde que, hace ya ciento cincuenta años,
el beato Pío IX proclamó,
como verdad de la fe católica,
tu preservación de toda mancha de pecado,
en previsión de la muerte y resurrección
de tu Hijo Jesucristo.
¡Virgen Inmaculada!
tu intacta belleza espiritual
es para nosotros una fuente viva de confianza y de esperanza.
Tenerte como Madre, Virgen Santa,
Nos reafirma en el camino de la vida
como prenda de eterna salvación.
Por eso a ti, oh María,
Confiadamente recurrimos.
Ayúdanos a construir un mundo
donde la vida del hombre sea siempre amada y defendida,
toda forma de violencia rechazada,
la paz buscada tenazmente por todos.
¡Virgen Inmaculada!
En este Año de la Eucaristía
concédenos celebrar y adorar
con de renovada y ardiente amor
el santo misterio del Cuerpo y Sangre de Cristo.
En tu escuela, o Mujer Eucarística,
enséñanos a hacer memoria de las maravillosas obras
que Dios no cesa de realizar en el corazón de los hombres.
Con premura materna, Virgen María,
guía siempre nuestros pasos por los senderos del bien.

Amén.









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