River sufrió este martes en Belo Horizonte un golpe durísimo a sus aspiraciones de volver a la cima del continente al perder por 3-0 frente a Atlético Mineiro por el cruce de ida de las semifinales de la Copa Libertadores 2024.
Después de tres años de frustraciones en el certamen, el conjunto de Marcelo Gallardo se verá obligado a desempolvar toda su mística de antaño para torcer la serie dentro de una semana en el Monumental.
Con una previa accidentada en la que se lesionó Marcos Acuña en el calentamiento y debió jugar Enzo Díaz para completar la línea de cinco, la dificultad del desarrollo se notó desde el inicio cuando en una jugada que culminaba con un gol anulado a Deyverson por claro offside, el VAR no llamó a Jesús Valenzuela a revisar una muy cuestionable mano en el área de Leandro González Pirez.
Mucho más áspero el local, lograba anticipar y cortar los circuitos del medio millonario, que de a poco empezó a emparejar y llegó a amenazar con un cabezazo alto de Miguel Borja. Pero a los 21 minutos, los de Gabriel Milito golpearon a fondo: Hulk atropelló a Germán Pezzella para bajarle un centro frontal a Deyverson, que enfrentó a Franco Armani y lo desairó por su izquierda con un toque a la red.
A pedir del anfitrión, el trámite entró en un desarrollo de mucha lucha y escaso juego. El arranque del complemento fue lo más flojo del Millonario, que no encontraba la pelota ante un rival que encima se empezó a mostrar más peligroso, amenazando con un cabezazo desviado de Deyverson. Gallardo tomó nota y a los 15 borró al mediocampo con tres cambios: entraron Maxi Meza, Manuel Lanzini y Rodrigo Villlagra, y la situación pareció mejorar.
No obstante, justo cuando Lanzini empezaba a ser clave, se enchufó Mineiro con su ataque letal para liquidarlo en apenas cuatro minutos. A los 25, Guillherme Arana descargó por izquierda para Deyverson, quien mano a mano con Armani definió bajo y contra el segundo palo. Y a los 29, ya con Adam Bareiro y Pablo Solari en cancha en búsqueda de enriquecer la ofensiva, durmió la defensa con un lateral que recibió en el área Deyverson, quien aguantó y habilitó de frente a Paulinho para que buscara el arco y se beneficiara de un desvío en Paulo Díaz que descolocó al arquero.
Parecía que la noche aún podía ser peor para River, pero los de Milito no volvieron a inspirarse en los metros finales pese a que los argentinos no daban respuestas. La historia dirá si tremenda paliza es posible de dar vuelta.
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