Gran Hermano vive una semana atípica con el repechaje que será la vedette de la semana. Al no tener gala de nominación ni de expulsión, desde la producción decidieron imponer una llamada en el teléfono rojo con el fin de que quien atienda, quede expulsado de la casa.

Encima, después de estar más de 9 horas parados -en el marco de la competencia por una vivienda- todos los participantes del reality vivían una tarde agotadora.

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Fue en ese momento que el teléfono llamó. Con la mayoría de los jugadores fatigados por la prueba, la única en reaccionar fue Agostina, quien esperaba conseguir un beneficio por parte del ‘Big’.

Pero la ilusión de la policía se desplomó hasta el piso cuando escuchó que la voz de Gran Hermano dijo: “Agostina, tenés que abandonar la casa”. Así, sin vueltas, la última líder del juego dejó el lugar y cruzó la puerta.









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