La muerte de dos personas por leptospirosis, una enfermedad causada por una bacteria que puede encontrarse en la orina de ciertos animales, genera preocupación en la provincia de Córdoba. Ambos casos se registraron en la localidad de Pasco y los pacientes estaban relacionados laboralmente, según informó el Ministerio de Salud cordobés.
Si bien ambos casos sospechosos fueron confirmados en simultáneo por el Departamento de Zoonosis de la Dirección de Jurisdicción de Epidemiología de esa cartera provincial, los decesos se produjeron con diferencia de algunos días.
La primera muerte derivada de la enfermedad, producida por una bacteria que sobrevive en lugares húmedos y protegidos de la luz, tuvo lugar hace algunas semanas, pero fue confirmada el pasado martes, y la víctima resultó un hombre de 51 años.
Por su parte, el otro sujeto, de 63 y con quien compartía tareas de ordeñe y manejo de otros animales como cerdos y ovejas en un tambo de la localidad situada en el departamento General San Martín, permanecía internado en otro centro de salud con síntomas similares y con asistencia respiratoria. Su muerte fue confirmada en la última jornada.
A raíz de estos dos casos, se inició una investigación para intentar establecer el origen de la infección.
Qué es la leptospirosis
La leptospirosis es una enfermedad producida por una bacteria que puede estar presente en la orina de ciertos animales como roedores, perros, vacas, cerdos, caballos y animales silvestres.
¿Cómo se transmite la leptospirosis?
El contagio se produce por el contacto directo o indirecto con la orina de un animal infectado.
“Dado que la bacteria sobrevive en lugares húmedos y protegidos de la luz, el riesgo de contraerla aumenta si se producen inundaciones o al desarrollar actividades recreativas en ríos, lagos, lagunas, arroyos (como nadar, pescar, acampar, o realizar deportes náuticos)”, advierte el Ministerio de Salud de la Nación.
¿Cuáles son los síntomas de la leptospirosis?
La leptospirosis se manifiesta en principio como un cuadro gripal con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general.
“Luego se puede presentar una segunda fase de mayor gravedad”, alerta la cartera sanitaria. Las dos fases de la enfermedad son la septicémica y la inmunitaria.
La fase septicémica comienza de manera abrupta con dolores de cabeza y musculares intensos, fiebre alta, escalofríos, tos, dolor de garganta, sufusión conjuntival (enrojecimiento de la conjuntiva de los ojos) y, a veces, hemoptisis (expulsión de sangre al toser o escupir). Esta fase dura de 4 a 9 días, precisa el Manual MSD.
En tanto, la fase inmunitaria se produce entre los días 6 y 12 de la enfermedad, “cuando los anticuerpos aparecen en el suero; pueden reaparecer la fiebre y otros síntomas, y algunos pacientes desarrollan meningitis”.
“El síndrome de Weil es una forma más grave, con ictericia y en general azoemia (niveles elevados de urea y otros compuestos de nitrógeno en la sangre), anemia, alteración de la conciencia y, a veces, manifestaciones hemorrágicas.”
¿Cómo es el tratamiento para la leptospirosis?
El tratamiento incluye el uso de antibióticos, y es más efectivo cuando es administrado a partir de la primera semana desde el inicio de los síntomas, destacan. Dependiendo de la gravedad, puede ser oral o intravenoso.
En algunos casos, el manejo de un paciente con leptospirosis grave requiere su ingreso en unidad de cuidados intensivos.
¿Cómo se previene la leptospirosis?
Evitando la inmersión en aguas estancadas potencialmente contaminadas, y procurando que los niños no jueguen en charcos o barro.
Combatiendo los roedores –principales agentes de contagio- en domicilios y alrededores.
Utilizando guantes y botas de goma para realizar tareas de desratización, desmalezado o limpieza de baldíos.
Manteniendo los patios y terrenos libres de basura, escombros y todo lo que pueda ser refugio de roedores.
En áreas rurales:
Ante la aparición de abortos en los animales de producción, es necesario consultar al veterinario.
Es importante usar siempre calzado al caminar sobre tierra húmeda, guantes y botas altas en zonas inundadas o al atravesar aguas estancadas.
Usar y guantes cuando se realizan tareas de desmalezado y cosecha.
En zonas endémicas, vacunar a los perros y las vacas.
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