Como un emperador victorioso, Javier Milei considera ya a la ciudad de Buenos Aires como un territorio propio.
Esta semana de mayo quizás sea recordada por el desagradable desaire de Javier Milei al jefe de Gobierno, Jorge Macri, y su propia vicepresidenta, Victoria Villarruel. El presidente justificó haberlos dejado con el saludo en el aire con una frase histórica: “Roma no paga traidores”. La frase milenaria, supuestamente dirigida a Macri, es claramente más aplicable a su relación con la presidenta del Senado. El ex intendente de Vicente López no es un un hombre de su fuerza y hasta se ha mantenido leal al liderazgo de Mauricio Macri. No hay traición que achacarle.
La crisis de representación está en el corazón de los triunfos de Milei y también en las facturas que se pasan los dirigentes del peronismo. Ambas cosas tienen la misma raíz. Una dirigente con la experiencia de Cristina Kirchner sabe que lo contrario del amor no es el odio sino la apatía y que el ausentismo en las seis provincias en las que hubo elecciones marca algo más peligroso que volcarse por opciones de derecha. La victoria de la lista de Adorni en la ciudad se cimentó en esa falta de interés del electorado. Pero la falta de expectativas en las soluciones políticas también aplaca la reacción de la población frente a otras expoliaciones. El decreto, publicado en el boletín oficial, que reduce el derecho a huelga casi a la inexistencia es un ataque inédito a los trabajadores registrados y trae aparejados otros peligros.
En la semana de mayo, el gobierno de Milei no sólo avanzó contra los derechos laborales sino también contra la soberanía. Entre las leyes y decretos previos que modifica el decreto 340/2025, se incluyen la ley de Navegación N°20.094, la ley de Desarrollo de la Marina Mercante nacional y la Integración Fluvio Regional N°27.419 y la ley de Régimen Laboral N°25.877. La decisión incluye una serie de modificaciones a las normas vigentes, entre las que están la habilitación para operar con matrícula argentina a buques extranjeros, la posibilidad de que los operadores locales puedan acogerse a banderas de conveniencia, la flexibilización para la composición de la tripulación, la extensión del periodo para que buques internacionales hagan cabotaje y la reducción de restricciones para reparar e inscribir buques. Básicamente, una Vuelta de Obligado al revés, en otro capítulo de entrega que continúa al RIGI. Por eso, buena parte de la intervención de Cristina estuvo centrada en la identidad nacional a través de la cultura pero también de las causas de esta pérdida de representatividad: “En esa motosierra se identificaba el tipo que fue a una oficina a buscar una solución, un trámite, lo boludearon durante 20 horas 30 empleados, nadie le solucionó y se fue puteando de ahí. Ese tipo quería entrar con la motosierra a esa oficina. Se identificaba con esa motosierra el que fue al hospital a pedir un turno, no lo atendieron o se lo dieron para dentro de tres meses. Se identificaba el que no puede pagarle la cuota del colegio privado al hijo y, como lo manda al público, pierde clases cada dos por tres porque le falta el profesor o le falta la maestra. Entonces, seguir hablando del Estado presente significa no estar acorde con lo que está pasando hoy en la sociedad. Tenemos que volver a ver cómo hablamos y logramos un Estado eficiente, una nueva estatalidad.” La ex presidenta no se refirió sólo a la representación política. En el Polo Saldías, reiteró algo que ya escribió: que las nuevas formas de trabajo también deben ser defendidas por la dirigencia gremial. Cuando publicó esto en una documento hace unos meses, generó revuelo entre los mismos dirigentes de la CGT que luego se reúnen con Guillermo Francos y Santiago Caputo. La presencia de Héctor Daer en la Casa Rosada la misma semana en la que el gobierno atacó de modo decidido el derecho a huelga de los trabajadores es una muestra de lo que una parte del peronismo viene mostrando. Más contemplación con las medidas de Milei que con la autocrítica de Cristina. Eso que reclaman hace años pero que, cuando llega y los incluye, prefieren desoír.
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