El gobernador Gerardo Zamora participó en la sesión de clausura del proceso de Beatificación y Canonización de Monseñor Jorge Gottau, realizada en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires con una ceremonia religiosa a cargo del arzobispo Jorge García Cuerva, con el que se cerró formalmente la etapa arquidiocesana para inaugurar la siguiente fase del proceso.

El cierre la etapa arquidiocesana significa que todo el expediente que reúne la investigación llevada a cabo durante esta primera fase será enviado al Vaticano para ser analizado por el Dicasterio para las Causas de los Santos.

También estuvieron presentes el secretario de Culto de la Nación, Nahuel Sotelo; el obispo de Añatuya, José Luis Corral y el rector de la Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE), Luis Lucena.
En esta ocasión se presentaron las cajas que contienen toda la documentación recopilada, organizada y analizada bajo la debida supervisión, certificando que el proceso se ha llevado a cabo conforme a las normativas e indicaciones de la Iglesia.
En dichas cajas se han conservado los testimonios y toda la investigación realizada sobre la vida de monseñor Jorge Gottau, su ministerio sacerdotal y episcopal, su obra pastoral y los relatos recogidos durante esta primera etapa.
Durante la sesión se procedió al cierre, sellado y lacrado de las cajas, que serán entregadas al Dicasterio para las Causas de los Santos, donde continuará el estudio y evaluación del material presentado.
La etapa que culmina ha sido fruto de un trabajo arduo y prolongado a lo largo de varios años, con la participación de distintos postuladores, comisiones históricas, jurídicas y otros colaboradores.
Para la Diócesis de Añatuya, para Santiago del Estero y para toda la Iglesia en la Argentina, este avance representa un paso significativo en el camino hacia la posible beatificación y canonización de monseñor Jorge Gottau.
Cabe señalar que Monseñor Gottau ya es reconocido como Siervo de Dios, el primer título que la Iglesia otorga al iniciarse oficialmente una causa de beatificación y canonización. Luego, con la aprobación del Sumo Pontífice, podrá ser declarado Venerable y, si es voluntad de Dios, posteriormente Beato y Santo.
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