La historia de Milena Bárcena parece salida de uno de esos cuentos con un final inevitablemente feliz. Cuando tenía 13 le detectaron un cáncer que afectaba sus huesos y, a partir de ese momento, se enfrentó a una lucha que terminó ganando.

No fue fácil. En el medio pasó su adolescencia, entre los 13 y 18 años, en medio de internaciones en la que afrontó dos quimios para poder recuperarse. Como pasatiempos, aquella niña encontró en el maquillaje una manera de pasar el tiempo y una manera de contención que la ayudó a salir de su enfermedad.

Catorce años después, Milena hizo del maquillaje su modo de vida y ahora se encuentra lanzando su línea de cosméticos. Lo que empezó como un pasatiempo en sus horas de encierro, se convirtió en una forma de vida. “El arte, en todas sus formas, siempre salva”, cuenta la joven que, a sus flamantes 27 años, halló en el maquillaje una contención que la ayudó a superar los momentos más difíciles de su vida.

Es que en sus años de tratamientos enfrentó esa mala noticia siempre con una sonrisa y contagiando esa alegría -a través de divertidos pintacaras- a otros niños y niñas que pasaban internados con diagnósticos similares al suyo, sin imaginar que el maquillaje sería un “modo de salvación”. No solo volvió a caminar y ganó la batalla: también pudo darle un sentido a su vida a partir de su experiencia.

Pero nada fue fácil para Milena. A sus 16 años, cuando se recuperaba del cáncer después de un prolongado tratamiento que incluyó la colocación de una prótesis, se enteró que la enfermedad había afectado ostensiblemente uno de sus pulmones, que finalmente le terminaron quitando.

“Y así fue que a mis 16 años tuve que enfrentar nuevamente a una quimio; de esta etapa no tengo fotos porque, siendo sincera, estaba cansada. Odiaba a todo el mundo, no quería hacerme las quimios de vuelta, no quería saber nada. ¿Otra vez? ¿Por qué de nuevo? Me preguntaba sin tener respuestas, me acuerdo como si fuese ayer”, indica al respecto.

La joven volvió a ganar otra batalla y tras cursar el secundario comenzó a dar sus primeros pasos en el maquillaje y logró abrir su estudio, pero en el año 2020 tuvo que cerrarlo tras la crisis que había generado la pandemia.

Ese año se fue a vivir a Córdoba y luego de trabajar un tiempo en una fábrica de sándwiches artesanales, consiguió un trabajo para continuar haciendo lo que amaba. Fue así que trabajó en una temporada de verano maquillando a Morena Rial para una obra de teatro en la que trabajaba.

El tiempo y un poco el destino, volvieron a traerla nuevamente a su Santiago del Estero natal, donde reabrió nuevamente su estudio y logró conquistar a gran público. Hoy Milena se encuentra decidida a continuar fortaleciendo su emprendimiento y ahora trabaja en el lanzamiento de su propia línea de cosméticos que llevan el nombre MAB Cosmetics.

Esta nueva aventura en el ámbito de la cosmética promete ser su proyecto más personal y ambicioso hasta la fecha. A través de su marca, ofrece una gama de productos que cuenta con todas las aprobaciones de rigor. “Para mí es un sueño poder haber hecho este recorrido, miro atrás y lo que veo es que nunca dejé de ser yo, me miro y no puedo creer las fuerzas que tuve siendo tan chica”, dice.

La fuerza de voluntad es una herramienta imprescindible para comenzar una y otra vez, pero no es la única. Desde el apoyo familiar hasta la contención social, cualquier ayuda es necesaria para reinventarse.

“Cada vez que siento que me pierdo, miro las fotos de mis años de adolescencia para acordarme quién soy, de dónde vengo y hacia dónde voy”, reflexiona Milena y para cerrar recomienda “vivir, amar y reír con todas las fuerzas, que la vida es un instante; lo digo yo, que vi pasar todo en un momento, pero decidí quedarme en este mundo para mostrar mi arte y así poder volver a vivir”.









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