Los psicólogos y perfiladores iniciaron su trabajo y confían en encontrar respuestas. Al mismo tiempo, las tres personas rescatadas reciben apoyo profesional. Con tres denuncias en total, la investigación preliminar será manejada por las secciones de “Violencia de Género e Intrafamiliar” y “Abuso y Delitos contra la Integridad Sexual”.
En un impactante operativo, la Justicia de Santiago del Estero rescató este viernes a una mujer y sus dos hijos de una situación de abuso psicológico que duró una década. El principal sospechoso, un empleado público de la ciudad de Fernández, fue detenido en su casa, donde mantenía a su familia en condiciones deplorables.
A las 8:30 de la mañana, la policía, con una orden de allanamiento emitida por la jueza Roxana Menini, y a pedido de las fiscales Alicia Falcione y Natalia Saavedra, irrumpió en el primer piso de una vivienda en pleno centro de Fernández, Robles. La residencia estaba ubicada cerca de una farmacia, un paseo y una iglesia, lo que sorprende aún más dada la situación de aislamiento en la que vivían las víctimas.
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La familia, compuesta por el hombre, su esposa y dos hijos adultos, había estado completamente apartada de la sociedad durante los últimos seis años. Anteriormente, habían estado en otro domicilio durante cuatro años, sin acceso a trabajo, educación o vida social.
El caso salió a la luz después de que un familiar, cansado de las explicaciones insatisfactorias sobre la situación, denunciara al individuo hace dos meses. El Departamento Trata de Personas y Delitos Conexos investigó el caso y descubrió que la esposa e hijos vivían bajo estrictas condiciones de control y dependencia del padre.
El operativo reveló que la familia estaba en un estado alarmante de desnutrición. Cuando los oficiales entraron, las víctimas, temerosas, se escondían y evitaban el contacto. Comentarios abusivos del detenido, como“Ustedes son feos; nadie los quiere; ¿para qué quieren salir? Nadie los necesita”, habían fomentado un ambiente de temor y aislamiento.
Durante el día, los policías y especialistas trabajaron para proporcionar apoyo psicológico a las víctimas. A pesar del impacto del operativo, la familia mostraba preocupación por la ausencia del sujeto, reflejando la complejidad emocional de su situación.
El detenido fue llevado a la comisaría local, donde enfrenta cargos relacionados con su prolongado abuso psicológico hacia su familia. Los profesionales continúan trabajando en la recuperación y asistencia de las víctimas, que ahora comienzan a enfrentar su realidad.
Investigación en curso: ¿Qué motiva una conducta tan siniestra?
El caso está bajo investigación. Fiscales y peritos, incluidos psicólogos y psiquiatras, examinan el comportamiento del sujeto para entender las razones detrás de sus acciones.
Algunos especialistas sugieren que el accionar del detenido podría ser indicativo de trastornos psicológicos o psiquiátricos. Sin embargo, otros consideran la posibilidad de que la conducta no esté vinculada a ninguna patología.
Históricamente, existen diversos casos similares en el ámbito del crimen. Entre ellos se encuentran el “Control obsesivo”, que implica una intromisión excesiva en la vida de otra persona, y el “Abuso emocional o psicológico”, caracterizado por tácticas para dominar. El aislamiento extremo también puede ser un síntoma de abuso doméstico o secuestro.
La vivienda donde residía la familia se encuentra en un primer piso, mientras que en la planta baja funciona un local comercial. La presencia policial alteró la rutina habitual y los vecinos no pudieron evitar la curiosidad por conocer los detalles.
“Estos pisos son nuevos. Nunca vimos a nadie más que al hombre”, comentó a efectivos policiales un empleado que cada mañana caminaba por la vereda en dirección a su trabajo
“Tal cual, él (por el detenido) se trasladaba a su trabajo y volvía con la mercadería para la comida. Los tenía penados de retirarse de la vivienda. Hasta les compraba los artículos privados de higiene femenina”, explicaron fuentes policiales.
Los familiares de los afectados insinuaron que había un ambiente de silencio constante y que la familia rescatada nunca participaba en una vida “normal”.
|| “El varón presenta problemas de salud; la hermana se asume fea, reducida casi a la nada; tiene miedo de salir a la calle y una desvalorización sostenida en años de machacar y machacar sobre sus aparentes defectos y una desvalorización capaz de reducirla a la nada”
En horas de la tarde del viernes, la esposa y la hija del sujeto presentaron denuncias formales. Con tres denuncias en total, la investigación preliminar será manejada por las secciones de “Violencia de Género e Intrafamiliar” y “Abuso y Delitos contra la Integridad Sexual”.
El hombre, junto con su hermana y su madre, recibió apoyo emocional ayer. Desde ese momento, son asistidos por psicólogos y otros profesionales para descartar cualquier conducta abusiva.
El trabajo de los funcionarios incluye la elaboración de un informe socioambiental detallado, ya que el único que notó algo inusual fue un familiar de las víctimas, sin que se reportaran observaciones por parte de los vecinos.
Las víctimas revelaron que no contaban con redes sociales, celulares ni documentos. El agresor les decía: “¿Para qué quieren esas cosas, si no las necesitan?”.
Por lógica, la familia del agresor se había acostumbrado a una rutina diaria en la que veían televisión, limpiaban las habitaciones casi en automático y prescindían de las comodidades de la vida moderna, viviendo en una especie de aislamiento.
Desde ayer, el complejo entramado legal comenzó a intervenir y a poner fin a la pesadilla que el detenido había provocado en sus vidas.
Los psicólogos y perfiladores iniciaron su trabajo y confían en encontrar respuestas. Al mismo tiempo, las tres personas rescatadas reciben apoyo profesional.
Fuente: El Liberal.
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