Santiago del Estero | 12-10-2020 — 19:07:57

Nicolás Paladea, el pastelero “Estrella” que se impone en Santiago del Estero



A sus 26 años, su talento e innovación en el rubro, lo han posicionado como uno de los más populares de la provincia, convirtiéndose en un referente de la pastelería profesional e indica que quiere romper el hielo y salir del clásico pastelero «mostrar mi personalidad “loca” como muchos me dicen» sostiene.



Nicolás Paladea Spampinato, es un joven pastelero, destacado de la Ciudad de Santiago del Estero, quien desde muy pequeño sintió curiosidad por la repostería, en particular, por aprender las recetas de postres de su abuela. Ni bien dejó atrás su niñez, a los 11 años, encontró su pasión por esta profesión que le ha dado tantas satisfacciones, alegrías y experiencias que enriquecieron su patrimonio en conocimiento y destreza en la cocina.

Con un talento innato, con su impronta innovadora y el toque artístico en sus elaboraciones, Nicolás logró imponer sus productos en casi todo Santiago del Estero, convirtiéndose en uno de los Pasteleros Profesionales más demandados de los últimos tiempos.

En su profesión, “Nico” incursiona también en la enseñanza de sus técnicas y recetas. En un año difícil por el contexto sanitario, uno de los rubros más afectados fue la pastelería, y como todos, el ingenio fue el que prevaleció para reinventarse en medio de la pandemia, logrando tener su propio espacio físico donde funciona su nuevo taller de enseñanza.

Para conocerlo un poco más, dialogamos con Nicolás Paladea, quien nos cuenta un poco sobre su trayectoria y como fueron estos años de crecimiento personal y profesional en su carrera de pastelero.

-¿Hace cuanto que estás en esto de la pastelería?

- «Me dedico a la pastelería desde hace 11 años, pero si mal no recuerdo desde que tenía uso de razón, ya que siempre me cruzaba a la casa de mi vecina (tenía 5 o 6 años) a ver cómo hacía bizcochuelos para su familia. Cuando decidí completamente tomar este camino tenía tan solo 14 años».

-Recuerdas cual fue el momento que dijiste: “Esto es lo mío”, es decir, como nace tu pasión por la profesión?

-«Un día mi abuela me dijo que tenía que hacer algo por qué ya estaba grande (12 años) y tenía que tener unos pesos en mi bolsillo, ella fue la que me compró los ingredientes para hacer alfajores de maicena. Ahí todo comenzó a tomar forma, comencé a buscar recetas, leer libros, revistas y buscaba aprender algo, un día vi los anuncios de una escuela de gastronomía y mi abuela dijo: es tu camino? Seguilo. Acá todos cocinamos salado, alguien tenía que hacernos el postre, ahí comenzó la historia».

No es común que un chico de 14 años adquiera responsabilidades tales como las que implica la pastelería! Todo un desafió seguramente. ¿Recuerdas como fue tu primera venta, o tu primer pedido de tortas?

-«La verdad no recuerdo mi primer pedido de torta, pero sí recuerdo cuando todos los vecinos de mi abuela, esperaban los domingos para los alfajores de maicena. Yo quería otra cosa para mi vida, quería hacer tortas, en mis adentros era ese algo que me decía: ¡esto es para vos flaco! Le hacía tortas para todos en mi familia (espantosas, sobrias, sin gusto a nada) después comencé a investigar y ver cómo se rellena una, todo por internet. Y bueno sabiendo que no es lo mismo que algo presencial. Pero fui mejorando con el paso del tiempo».

-En estos once años, si tienes que hacer un "inventario" de momentos, cuáles fueron los más importantes para tu carrera?

- «Primero cuando me recibí de chef profesional, pastelero y panadero profesional en el año 2011. Más tarde, cuando tomé mi primer curso de decoración de torta; luego cuando me invitaron a participar de un programa televisivo en una competencia y en unos programas con una colega. Hasta no hace mucho dictar mis primeras clases en el instituto donde me recibí (decoración de torta y pastelería express) y clases de forma particular y al final unos cortos para canal 7, Diario panorama y la Casa de Santiago».


—Con un talento innato, con su impronta innovadora y el toque artístico en sus elaboraciones, Nicolás logró imponer sus productos

-¿Tienes algún referente de la pastelería que admires mucho?

-«Si, Osvaldo Gross, quien lo veía desde que era tan chiquito en sus programas de TV, miles de recetas aprendí viendo sus programas cuando lo pasaban por el canal de Utilísima y luego por El Gourmet».

-¿Si tendrías que definir tu estilo, tu impronta, como te definirías?

-«Me defino extrovertido, lleno de alegría, quiero romper el hielo y salir del clásico pastelero, mostrar mi personalidad “loca” como muchos me dicen».

-¿Cómo te imaginas en un futuro? ¿Tienes algún objetivo específico en cuanto a trascender la geografía de la provincia? Es decir, “Jugar en las ligas mayores”.

-«La verdad que aún no me veo de esa manera, ¡pero no cuesta nada soñar! Hoy estoy más enfocado en mi taller, mi trabajo, mi familia y amigos; con su apoyo y amor incondicional».

-En cuanto a tu taller, lo cual es un logro muy importante, cuál es tu perspectiva sobre ello; ¿será el punto de convergencia de profesionales que dicten clases? ¿Cómo piensas desarrollar este espacio de trabajo?

-«La verdad que fue uno de mis sueños hechos realidad. La felicidad queda corta, ahora amo más este pequeño especio de mi casa, dónde creo y me olvidó de todo. En cuanto al desarrollo del taller, no solo será para mí uso personal, también para colegas invitados y no solo del rubro tortas, sino de una amplia gama de profesionales destacados en la materia».

-En las profesiones en las que nos desarrollamos, siempre hay algo en lo que nos destacamos; para vos, cuál es tu fuerte?, en que te destacas y que cosas no te gustan tanto hacer a la hora de cocinar?

-«Mi fuerte es la decoración de tortas, el diseño, amo sacar lo mejor de mí y mis clientes que se prenden. Me encanta que mi cabeza explote de ideas para poder desarrollar en los futuros proyectos, suelo destacarme más en las tortas de 15 años, bodas y de nenas.

Lo que no me gusta hacer es pintar, mi amiga siempre me dijo que podía y así comenzó mis dolores de cabeza, dejo eso para los profesionales destacados en la pintura y también cuando llega la hora de lavar todo lo ocupado, para eso la tengo a mamá que me extiende su mano para dejar en orden la cocina».

-Seguramente ha sido muy importante el apoyo familiar en todo esto

«Si, el de mis padres y hermana principalmente, quienes estuvieron y están en todo, ellos son mis pilares, agradezco a la vida por la familia que Dios me dio y mis ángeles que desde lo alto me cuidan y guían mi camino».

-Este año fue atípico por la pandemia, por lo cual muchos rubros se han visto afectados y significó un verdadero desafío para muchos adaptarse a este nuevo escenario que se plantea a nivel mundial. Vos, ¿cómo lo viviste? ¿Cómo te afectó en tu trabajo?

-«Primero que nada me afectó en lo emocional, no solo por mí sino por los clientes que tenía en agenda para sus grandes celebraciones. Cuando todo esto comenzó, no sabía a dónde disparar, hasta que un día me levanté y me reinvente. Decidí vender tortas llamadas “Las cuarentena” brindando a mis clientes una torta chica, pero linda para sus pequeñas celebraciones, siempre con la misma calidad y a un buen precio. Hoy son un furor, hasta en desayunos sorpresas para otros emprendedores las vendemos, ahora ya se va acomodando todo, de a poco pero ahí vamos».

-Hoy en día muchas chicas y chicos ven una posibilidad laboral en el hecho de emprender en la pastelería, si tuvieras que darles un concejo, que les dirías?

«Que sigan sus sueños. Si es verdaderamente lo que aman, que hagan de este mundo algo mágico y por sobre todo, que disfruten del amor a la pastelería y que se sientan reflejados en cada proyecto que realicen».

-¿Alguna anécdota memorable que te haya sucedido en estos años de pastelero?

-«Ufff! tengo muchas. Caídas, peleas con papá en el trasladó de las tortas, el estrés que se vive a la hora de una entrega en algún evento grande. Pero una de ellas fue en el auto cuando llegando al salón, en un tumbo, me voló el piso superior de la torta y papá manejando me la puso en su lugar con un dedo, de no creer. Lamentablemente, muchas veces tengo que entregar las tortas armadas o llevar en pisos separados, pero este casó fue diferente. Tenía que, quiera o no, llevarla terminada y sucedió lo que solo veía por videos. En fin, lo solucioné en el momento y quedó como si fuera que nada pasó».

- Que adrenalina y que nervios, me imagino que siempre al límite!

- «Si, casi al límite del tiempo, pero siempre zafando!» concluyó entre risas.


Nicolás Paladea
Pastelero
Santiago del Estero






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