A dos años del fallecimiento de “Nino” Leguizamón, su familia tiene más preguntas que respuestas
Un 14 de febrero del 2019, «Nino» partió como todos los días, rumbo a su labor cotidiana, despidió a su esposa embarazada y a sus pequeños hijos una fatídica mañana en la que se le esfumó la vida en su lugar de trabajo.
Ayer domingo 14 de febrero, se cumplieron 2 años del fallecimiento de Oscar Fernando Leguizamón. “Nino”, como cariñosamente lo llamaban, salió de su casa del Barrio Bicentenario de la Ciudad de Fernández como todos los días, rumbo a su labor cotidiana. Despidió a su esposa embarazada y a sus pequeños hijos en una fatídica mañana en la que se le esfumó la vida en su lugar de trabajo.
Una muerte que hasta el día de hoy, mantiene a su familia con más dudas que certezas. Su esposa, Noelia Gallardo, lo recordó con un posteo en su cuenta de Facebook, en la cual manifiesta su eterno amor por «Nino» y cuanto lo echan de menos en casa cada día.
«Hace dos años que nos haces falta, a nosotros, tu familia, los que te extrañamos. A tus hijos sobre todo. A toda la gente que no tiene ninguna duda de lo que eras como ser humano, de tu calidad como persona».
«Hoy no puedes desayunar con tus niños, no puedes mirar a los ojos y ver crecer a tu hija, no puedes abrazarme. Hoy son dos años de silencio, de falta de respuestas, de abandono, de negar tu existencia como trabajador, de manipular, de mentir. Dos años donde nos hemos tenido que hacer de hierro para soportar cada día tu ausencia. Y los mismos que se decían amigos, que no dan respuesta ni explicaciones, caminan por la calle, como si nada hubiera pasado» escribió en su post Noelia.
En otro párrafo de su escrito su esposa destacó la calidad de persona y lo solidario que “Nino” era con los demás «Eras un ser humano que hasta ponías de tu bolsillo para cocinarle a los chicos, esos chicos que te decían «Don Nino» cariñosamente. Que milagros salían de tus manos. Con arroz y salchichas hacías comer a un regimiento o con un pollo, 2 cebollas y un tomate le cocinabas a 30 personas».
«Pedías para el gas, porque cuando se acababa nunca había plata para comprar, pero pedias al fiado porque tu sueldo, tu trabajo, tu sudor no era bien pagado y con casi 10 años en negro tampoco te alcanzaba para comprarles, pero hacías hasta lo imposible por conseguirles. También hacías de enfermero porque llevaba a los chicos al hospital por algún dolor de muela o dolores estomacales o aun peor porque se llenaban de granos y de pestes».
«Hacías de padre porque dabas concejos con alguna chica; de psicólogo porque te contaban cosas de su familia, de cómo era el pago de donde venían, de cada lugar inhóspito. Te enseñaron a hablar en Toba... y eso no vale nada hoy. Una familia que queda de un día para otro sin su hombre, su conductor, su protector».
«A dos años, te seguimos amando, nunca te olvidaremos, y no nos van a callar. Nino por siempre» concluye.
ESCLARECIMIENTO YA!!! Hoy, hace dos años que nos haces falta a nosotros, tu...
